viernes, 30 de octubre de 2015

LA PLANCHADA

El Hospital de Zona N° 21, en la ciudad de Monterrey (México), fue fundado hace 53 años, y en los pasillos de este nosocomio se rumorea una leyenda desde hace muchos años. La leyenda cuenta que en las noches ronda los pasillos el fantasma de una enfermera muy elegante y bien arreglada; muchos dicen haberla dicho, y por su apariencia con el tiempo le han llamado "La Planchada".

Entrevisté al director del hospital, el Dr. Marco Tulio Flores, quien tiene 25 años trabajando en este lugar, nos narró con detalles la leyenda y agregó que además de su característica de estar se ha hecho famosa por dar buena atención a los pacientes que están ahí internados; así es, los atiende, les da sus medicamentos, etc., y dicen que atiende muy bien, y hasta ahora no hay reporte de que ande espantando gente; aunque platicando con un guardia de seguridad, nos comentó que en una ocasión dos guardias nuevos realizaban su rondin de vigilancia en la madrugada por el piso 10, cuando de pronto vieron algo parecido a una nube blanca que se convirtió poco a poco en la imagen de una enfermera, la cual les hacía señas de que se acercaran, pero ellos al ver esto salieron corriendo del lugar.

Una enfermera llamada Blanquita mencionó que hasta han tenido reportes de familiares de los pacientes internados que afirman haberla visto atender a los enfermos, pero los enfermos no se percatan que en algunas ocasiones "La Planchada" no tenía piernas, iba flotando en el aire; ellos se impresionan ante esto pero no pasa de un simple susto, pues ya se han ido acostumbrando a su presencia, y algunas enfermeras ya la toman como si fuese una compañera más que las apoya durante el turno de noche. Charlando con otra enfermera, de nombre Esperanza, afirma haberla visto, dijo que "estaba vestida con el uniforme de enfermera, sus rasgos son muy finos, pero sus ojos, no reflejan nada, se ven vacíos, sin vida".
Los reportes de apariciones de la enfermera fantasma, llamada La Planchada, han continuado; ella, aparentemente, continua con su labor altruista, desde el más allá.

EL NIÑO DE LA PRESA


Cuentan los habitantes de la región, que mas antes en las orillas de las presas también se divertía la gente bañándose en los arroyos que ahí desembocaban y que formaban charcos muy hondos, sucedió cierto día algo inexplicable, algo que provoco temor y mucho miedo en los chiquillos. 

Platican que fue ahí en un paraje donde había un catamarán viejo; ese camaran que en otros tiempos había servido para pasear a los turistas por toda la presa y la cortina. 
Era una tarde soleada, calurosa y con mucho bullicio, llena de niños y muchachos que aprovecharan para tirarse clavados y jugar a las competencias.

Fue un corto momento, en el cual unas señoras asustadas gritaron al ver que un chiquillo se tiro pero ya no salio sino hasta tres minutos después con una cara llena de rasguños, llagas y sangre, hablando en una lengua distinta que nadie reconocía, así se corrió ese rumor de que a ese niño se le había metido el demonio y por mucho tiempo se alejo la gente de ese lugar y nunca mas nadie se baño ahí y mas ante la prohibición del gobierno pues esas aguas serian conducidas a la ciudad de Monterrey.

LA CASA DE ARAMBERRI (Crónica)

Nuestro pueblo es muy dado a las supersticiones, a los cuentos y leyendas. Es por eso que al tomar actualidad el relato del crimen de la calle Aramberri, cometido en abril de 1993, en que fueron masacradas dos mujeres, madre e hija, por cuatro depravados sujetos que convirtieron el lugar en una espantosa carnicería, la gente comienza a ser presa de la curiosidad o morbo  y no falta quienes se acerquen a la vieja casona a encender veladoras; algunos toman fotografías y creen ver imágenes de ultratumba en forma de calaveras. ¿Miedo? un poco...

Pase por allí hace unos cuantos días a media mañana, en plena luz del día, la vetusta construcción de sillar a punto de caerse está cercado con malla metálica para evitar la entrada de curiosos a quienes puede caerles encima una pared o techo. Afuera de la casona, en la banqueta, había aproximadamente una decena de jóvenes estudiantes con su acostumbrada mochila colgada de los hombros sobre la espalda. Estos muchachos curioseaban asomándose por puertas y ventanas con la esperanza de oír o ver algo.
Son tantas las patrañas de la gente que todavía cree en fantasmas y aparecidos, que unas personas se imaginan escuchar gritos y lamentos de las mujeres moribundas; otras creen ver sombras y bultos que se mueven deambulando por el interior de la casa, dicen que son las almas en pena.
Hace más de 60 años de que fueron cometidos esos asesinatos, los cuerpos de las victimas ya quedaron convertidos en polvo en el fondo de sus sepulturas, que quien sabe donde están o en que panteón quedarían, así que de allí no pueden salir físicamente para andar rondando por las habitaciones de la casa haciendo ruidos misteriosos para asustar a los vecinos. Sus espíritus, para los creyentes, no han muerto, pues el alma es inmortal, pero también el espíritu es algo inmaterial y como tal, no hace ruido, no proyecta sombra ni se puede ver. Así las cosas, lo mejor es dejar descansar en paz a las almas de estas dos pobres mujeres que murieron asesinadas por unos perversos sujetos hace ya más de 60 años, para que también puedan encontrar tranquilidad los vecinos de esa casona de Aramberri entre Diego de Montemayor y Doblado.

LA CASA DE LOS TUBOS



Esta casa está ubicada exactamente a las faldas del cerro de la silla en ciudad Guadalupe en Nuevo León, de este lugar se cuentan muchas historias y dicen que por las noches en especial han escuchado lamentos, gritos e incluso que han llegado captar unas extrañas imágenes.
Los curiosos que se acercan a esta extraña casona que fue dejada en el olvido y al abandono en la década de los 70. Aseguran que han presenciado algunas manifestaciones por las cuales salen del lugar aterrados en busca del auxilio de la policía local.
Es una construcción cilíndrica que no parece tener fin, la leyenda cuenta que una mujer cayó en silla de ruedas al vacío mientras conocía la finca donde iba a vivir por eso la propiedad en su mayoría tiene rampas en lugar de escaleras para el fácil traslado de un lugar a otro.

La casa de los tubos probablemente fue el extraño sueño de una familia que creyó que sería feliz en ella pero para su desgracia quedo marcada con una trágica muerte que, aparentemente quien falleció aquí quedo atrapado sin salida entre los muros de la casona…

¿Te adentrarías a ella?